Halloween, celebrado cada 31 de octubre, es una festividad con raíces en el antiguo festival celta de Samhain, donde se despedía el verano y se daba la bienvenida al invierno. Los celtas creían que en esta noche se abría una puerta entre el mundo de los vivos y el de los muertos, permitiendo que los espíritus vagaran entre ellos. Para protegerse, encendían hogueras y usaban disfraces que alejaran a los espíritus malignos. Con el tiempo, el cristianismo adaptó estas tradiciones al Día de Todos los Santos, y en Estados Unidos la festividad fue transformándose hasta incluir elementos modernos como las calabazas talladas o “Jack-o’-lanterns” y el popular “truco o trato”.
Gracias a la influencia cultural de Estados Unidos a través de películas, series y redes sociales, Halloween se extendió rápidamente por el mundo, incluyendo América Latina. En esta región, donde ya existían tradiciones propias de honra a los difuntos, como el Día de los Muertos en México, Halloween encontró su lugar y empezó a ganarse el interés de personas de todas las edades, sobre todo los jóvenes y niños. Hoy en día, en América Latina, Halloween se celebra con disfraces, decoraciones y fiestas temáticas que resaltan la atmósfera mística de la noche.
Este año, en la ciudad de Melo, cientos de niños y sus familias salieron a las calles para celebrar Halloween, mostrando cómo esta festividad se ha afianzado también en Uruguay. Las calles se llenaron de disfraces de fantasmas, brujas y superhéroes; se escucharon risas, y muchas casas se decoraron con telarañas, luces y calabazas para recibir a los pequeños que iban de puerta en puerta diciendo “¡dulce o truco!”. De esta forma, Halloween se ha convertido en una noche especial para la comunidad, uniendo a familias en un ambiente de alegría, misterio y diversión compartida. https://www.facebook.com/share/v/CHerqB335Ewh25mb/