Investigadores uruguayos hallaron cómo el virus podría usar hemoproteínas para diseminarse más allá del sistema respiratorio. Este avance abre nuevas puertas para tratamientos más efectivos.
Las partículas de la covid-19 podrían usar una proteína presente en los glóbulos rojos para diseminarse por el organismo, más allá del sistema respiratorio, según un estudio realizado por investigadores del Instituto Pasteur de Montevideo, la Universidad de la República y la Universidad de Buenos Aires.
La investigación, publicada recientemente en la revista científica Cell Death and Disease, señala la capacidad del virus para alcanzar tejidos y órganos distantes mediante la sangre, así como su papel en los casos graves y multisistémicos de la mencionada enfermedad.
El virólogo uruguayo Gonzalo Moratorio, destacado por Nature en 2020 como uno de los diez científicos más relevantes del mundo y participante en el estudio, asegura en una entrevista con la Agencia EFE que el hallazgo abre la puerta a nuevos tratamientos terapéuticos en pacientes avanzados de coronavirus.
El equipo científico experimentó con un coronavirus murino, que infecta naturalmente a ratones y -a diferencia del humano- ataca en primera instancia al hígado, con el objetivo de estudiar la relación entre el virus y su huésped de forma natural.
Según Moratorio, descubrir que las partículas virales del ratón están asociadas a los glóbulos rojos “fue una primera pista para poder entender cómo el virus puede llegar a navegar entre tejidos y células y acabar causando -muchas veces- fallas de tipo multiorgánico o sistémico”.
Para entender las posibles semejanzas con el coronavirus que afecta a las personas, se compararon los resultados con datos de autopsias humanas.
Además de su contribución científica, Moratorio fue uno de los 16 líderes globales seleccionados para formar parte del programa World Fellows de la Universidad de Yale (Estados Unidos) de este año.
El investigador, que lideró importantes desarrollos en Uruguay durante la pandemia, reflexionó sobre el papel de la ciencia en la mejora de la calidad de vida: “No se trata solo de soñar, sino de dar las herramientas para que otros puedan hacerlo. Desde Uruguay, con recursos limitados, demostramos que es posible hacer ciencia de impacto mundial”, concluye.