Investigadores uruguayos analizan cómo la yerba mate puede influir en la inflamación a nivel celular.
En Uruguay, científicos investigan los efectos de la yerba mate en la salud humana, explorando su potencial antioxidante, antiinflamatorio y modulador genético. Estudios recientes sugieren que su consumo podría influir en procesos celulares clave, lo que abre nuevas perspectivas sobre su impacto en el organismo.
Nelson Bracesco, integrante del Laboratorio de Radiobiología del Departamento de Biofísica de la Facultad de Medicina e investigador de yerba mate, dijo a El Observador que los estudios en el país avanzan de manera “lenta, pero mantenida”.
Recientemente, una docente de la Facultad de Odontología analizó la relación entre el consumo de mate y la disminución de patologías dentarias, aunque los resultados aún no son concluyentes.
Bracesco destacó que este tipo de investigaciones tienen “gran relevancia”, ya que podrían revelar nuevos beneficios de la yerba mate en la salud bucal y general.
Uno de los proyectos que están próximos a iniciar estudiará cómo la yerba mate puede influir en la reducción del estrés oxidativo en la mucosa bucal. La hipótesis plantea que el mate podría actuar como un protector celular, especialmente en fumadores, cuya exposición al humo del tabaco genera una mayor oxidación y daño celular.
Bracesco explicó que “el estrés oxidativo es el daño generado por algún componente, en este caso del humo de tabaco”, provocando inflamación y deterioro del ADN.
El equipo investiga si los compuestos antioxidantes presentes en la yerba mate pueden disminuir este daño, funcionando como una defensa natural contra los efectos nocivos del tabaco.
Otra línea de investigación en desarrollo explora cómo la yerba mate puede afectar la expresión genética en procesos inflamatorios. Estudios previos revelaron que algunos componentes del mate podrían regular genes involucrados en la inflamación.
Bracesco destacó que los resultados iniciales mostraron que “la yerba actúa sobre varios genes involucrados en el proceso de inflamación apagándolos”, lo que sugiere un potencial efecto antiinflamatorio.
Más allá de Uruguay, la yerba mate ha despertado un creciente interés en la comunidad científica. En Argentina, investigadores de la Universidad Nacional de Misiones analizan cómo los residuos de yerba mate pueden utilizarse para el cultivo de hongos comestibles, muy valorados en el mercado japonés.
En Brasil, científicos exploran su potencial como antiinflamatorio en cápsulas, mientras que en Uruguay, una investigadora del Instituto Clemente Estable trabaja en la fabricación de electrodos de carbón activado a partir de residuos de yerba mate.
Bracesco destacó que el uso de la yerba mate se está diversificando, no solo en el campo de la salud, sino también en el sector industrial. “El mundo se diversifica cada vez más”, señaló.