Montevideo, 14 de mayo de 2025 – La jornada comenzó cargada de emoción y recogimiento nacional con el inicio del cortejo fúnebre del expresidente José Mujica, fallecido el martes a los 89 años. El gobierno decretó duelo nacional por tres días y organizó un homenaje de Estado a la altura de una figura que marcó a fuego la historia reciente del país.
A las 10:00 de la mañana, en un acto cargado de simbolismo, el féretro de Mujica fue cubierto con el pabellón nacional en la Torre Ejecutiva por el presidente Yamandú Orsi y miembros de su gabinete. Desde allí, comenzó un recorrido por sitios emblemáticos que trazan la historia política del líder del Movimiento de Participación Popular (MPP).
La caravana fúnebre hizo su primera parada en la sede del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros (MLN), en la calle Tristán Narvaja. Continuó hacia la sede del MPP, en Mercedes y Ejido, y luego hacia la “Huella de Liber Seregni”, la casa del Frente Amplio en la calle Colonia, donde militó hasta sus últimos días.
El destino final del cortejo fue el Palacio Legislativo, donde los restos de Mujica fueron instalados en el Salón de los Pasos Perdidos, lugar reservado para las máximas figuras del país. Allí, se realiza el velatorio público, abierto a toda la ciudadanía hasta las 14:00 horas del jueves 15 de mayo. Se espera una gran concurrencia de ciudadanos y la participación de líderes políticos de todo el espectro, así como mandatarios y expresidentes internacionales, entre ellos Luiz Inácio Lula da Silva, Pedro Sánchez y Cristina Fernández de Kirchner.
Según fue dispuesto en el decreto presidencial, durante los días de duelo la bandera nacional ondeará a media asta en todos los edificios públicos y no se realizarán actos oficiales. Los gastos del sepelio serán cubiertos por el Tesoro Nacional, en tanto se rinden honores fúnebres de presidente de la República.
Cumpliendo su último deseo, una vez cremados, los restos de Mujica serán enterrados en su chacra de Rincón del Cerro, junto a su fiel perra Manuela, símbolo de su estilo austero y su conexión con la vida rural.
La despedida de Mujica se vive con un clima de respeto y honda emoción. Para muchos uruguayos, no se va solo un expresidente: se despide a una figura única, cuya voz marcó generaciones, y cuyo legado –de lucha, sencillez y compromiso con los más humildes– ya forma parte de la historia viva del país.