El Gobierno presentó las principales proyecciones incluidas en el proyecto de Ley de Presupuesto, con estimaciones sobre el comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB), el empleo, los salarios, la inflación y el déficit fiscal para los próximos años. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) prevé un escenario de crecimiento sostenido, acompañado de mejoras en las cuentas públicas y estabilidad de precios.
Crecimiento del PIB
Según el documento, la economía uruguaya tendrá un crecimiento promedio anual del 2,4% en el período 2025-2029. Se espera que este incremento esté impulsado por la inversión privada, el dinamismo de las exportaciones y una recuperación progresiva del consumo interno.
Empleo y salarios
En materia laboral, el MEF proyecta una reducción de la tasa de desempleo y un aumento de la formalidad en el mercado de trabajo. Los salarios reales también registrarían un incremento paulatino, acompañado por una mejora de la productividad, lo que permitiría fortalecer el poder de compra de los hogares.
Inflación controlada
El Gobierno estima que la inflación se mantendrá dentro del rango meta del Banco Central, con una tendencia descendente. El objetivo oficial es consolidar una inflación anual cercana al 5%, reforzando la credibilidad de la política monetaria y garantizando estabilidad en los precios al consumidor.
Déficit fiscal a la baja
Uno de los puntos centrales del presupuesto es la corrección del desequilibrio de las cuentas públicas. El MEF proyecta una reducción del déficit fiscal en 1,5 puntos porcentuales a lo largo del período, lo que implica una mejora gradual en la sostenibilidad de la deuda del Estado.
Señales para el mediano plazo
El Poder Ejecutivo subraya que este presupuesto busca dar certidumbre y previsibilidad a los agentes económicos, combinando crecimiento con disciplina fiscal. Los técnicos advierten que el desafío estará en sostener el dinamismo de la actividad y del empleo en un contexto internacional marcado por la volatilidad, pero aseguran que Uruguay parte de una posición sólida.
En síntesis, el plan económico apunta a crecimiento moderado, inflación contenida, mejora del empleo y reducción del déficit, configurando un escenario de estabilidad para los próximos años.

