El Partido Nacional atravesó este fin de semana el capítulo más ríspido de su gira de autocrítica, un proceso que desde hace semanas recorre el país para analizar la derrota electoral de 2024 y recoger insumos de dirigentes y militantes. El encuentro, realizado en Las Piedras (Canelones), fue señalado por varios participantes como el “más tenso”, con críticas cruzadas, reclamos acumulados y cuestionamientos directos al excandidato presidencial Álvaro Delgado, hoy presidente del Directorio blanco.
La sesión dejó expuesta la fractura interna y viejos malestares de campaña. Legisladores se reprocharon faltas de respaldo, declaraciones públicas y ausencias injustificadas, mientras que militantes descargaron molestias por decisiones tomadas durante la campaña, especialmente tras las internas de junio del año pasado.
Críticas a dirigentes y reproches a Delgado
Entre los dirigentes mencionados en los intercambios estuvo el intendente de Paysandú, Nicolás Olivera, cuestionado por el senador Sebastián Da Silva por haber calificado al gobierno de Luis Lacalle Pou como “medio pelo” en una actividad en Salto. Da Silva respondió que ese tipo de afirmaciones “no se pueden decir” y aprovechó su intervención para trazar una visión sobre la actual confrontación política, a la que describió como una disputa entre “dos formas de ver el Uruguay”.
Da Silva aseguró que el Partido Nacional “puede hacer 1.500 hospitales del Cerro y los otros van a ganar mintiéndole a la gente”, aludiendo al Frente Amplio. También planteó la necesidad de una “revolución en la comunicación política”. Tras hablar, se retiró del encuentro, lo que motivó una dura intervención del diputado Juan Martín Rodríguez.
Sin embargo, las intervenciones de la militancia fueron las que elevaron más la temperatura de la reunión. La dirigente local Lourdes Romero expresó su molestia con decisiones clave de la campaña de Delgado, entre ellas la elección de Valeria Ripoll como compañera de fórmula. También criticó la actitud del excandidato en los actos públicos, señalando que, a diferencia de Lacalle Pou, no mantenía el mismo nivel de cercanía y energía con la gente al final de cada actividad.
Tensiones en Canelones y pases de factura
Varios participantes señalaron que parte de la dureza del encuentro se explica por las rivalidades entre agrupaciones de Canelones, lo que llevó a que las críticas cruzadas se intensificaran. También fueron mencionadas las ausencias de dirigentes de peso, como el senador Javier García y diputados canarios como Sebastián Andújar, Amin Niffouri y Álvaro Dastugue, cuyos nombres aparecieron en reclamos sobre acompañamiento y nivel de compromiso durante la campaña.
La autocrítica entra en su etapa final
El proceso, que incluyó reuniones en distintas localidades, está a punto de concluir. El Directorio blanco trabaja en un documento final que integrará los insumos recogidos, junto con el análisis presentado por el sociólogo Rafael Porzecanski, quien expuso en varios encuentros un diagnóstico basado en 24 diapositivas.
Entre los factores analizados figuran la pérdida de votos entre primera y segunda vuelta en el bloque de la coalición republicana, las variaciones de adhesiones por departamento y el impacto del recambio generacional en el padrón electoral. Porzecanski también elaboró un informe más extenso, de cerca de 300 páginas, cuyas conclusiones se incorporarán al texto final.
Delgado reconoce responsabilidad y mira hacia adelante
El excandidato señaló este fin de semana que el objetivo es “analizar el gobierno de Lacalle Pou y el proceso electoral”, pero también “mirar para adelante y corregir cosas”. En ese sentido, reconoció que “el candidato tiene la primera responsabilidad”, aunque enfatizó que existen “10.000 causas posibles” del resultado electoral.
Entre los factores determinantes mencionó la dimensión demográfica: los nuevos votantes que ingresaron al padrón mostraron un sesgo más favorable al Frente Amplio, mientras que muchos votantes mayores —con mayor inclinación hacia la coalición— quedaron fuera del padrón por fallecimiento.
Con el cierre de esta etapa, los blancos se preparan para una reformulación estratégica, con la expectativa de que el documento final permita ordenar el clima interno y encaminar la discusión sobre el rumbo político del partido de cara a los próximos años.

