El exintendente de Soriano, Agustín Bascou (Partido Nacional), volvió a quedar en el centro de la escena pública luego de que el Tribunal de Apelaciones en lo Penal de 2.º Turno anulara la condena que pesaba sobre él por conjunción del interés público y privado, al entender que la fiscalía presentó la acusación fuera de plazo legal. Tras conocerse la resolución, el exjefe comunal realizó duras declaraciones, afirmando que no cree en la Justicia y que se siente “estafado jurídicamente”.
La causa había culminado con una sentencia de la jueza Ximena Menchaca, que dispuso un año de libertad a prueba, inhabilitación por cuatro años para ocupar cargos públicos y una multa de 100 Unidades Reajustables, a raíz de la denuncia presentada en 2017 por ediles del Frente Amplio. El caso se centraba en la compra de combustible por parte de la Intendencia de Soriano en estaciones de servicio de propiedad del propio Bascou.
Sin embargo, el Tribunal determinó que la fiscal Stella Alciaturi presentó la acusación “varios días después del vencimiento del plazo legal”, lo que vuelve nula no solo esa actuación sino también la contestación de la defensa, la sentencia, el recurso de apelación y todas las resoluciones posteriores vinculadas al dictamen extemporáneo. De esta manera, todo el tramo procesal posterior quedó invalidado.
Duras críticas del exintendente
Tras conocerse el fallo, Bascou declaró a Telenoche que recibe la decisión “bien, porque en el fondo es un triunfo”, pero lamentó que la causa no haya sido archivada de forma inmediata. “A mí me están estafando, jurídicamente me están estafando. Es una estafa jurídica. Yo no creo en la justicia uruguaya. Estoy podrido hermano, ¿me entendés? No creo en nada”, afirmó.
Sostuvo que la anulación de la sentencia confirma “que todo fue un disparate procesal”, y criticó que el caso pase ahora a manos de otro fiscal. “Se debería haber archivado todo el tema, no pasado a otro fiscal”, insistió.
La defensa reclama sobreseimiento definitivo
Los abogados del exintendente, Juan Fagúndez y Pablo Vera, habían apelado la condena pidiendo tanto la nulidad del dictamen como el sobreseimiento de su defendido. Para la defensa, el fallo del Tribunal tiene respaldo normativo, pero no resuelve lo que consideran el núcleo del problema.
Vera expresó a El País que la resolución “se siente injusta” porque —a su entender— viola el principio de igualdad. “Si la defensa se presenta fuera de plazo, pierde el derecho a ejercer el acto; pero si la Fiscalía incurre en un error grave, vuelve a tener otra oportunidad. La desigualdad de trato es evidente”, afirmó.
Según fuentes de la investigación, la causa volverá a foja cero y un nuevo fiscal deberá evaluar nuevamente la denuncia presentada en 2017, pudiendo solicitar una nueva acusación o el sobreseimiento.
El trasfondo del caso: conflicto de intereses e inhabilitación
El fallo original de la jueza Menchaca señalaba que durante su gestión como intendente, Bascou era propietario de tres estaciones de servicio con sello Ancap —dos en Mercedes y una en Dolores— y que la Intendencia adquiría combustible en esos comercios. Aunque el convenio que habilitaba esas compras existía previamente, la magistrada consideró que el jerarca mantuvo y prorrogó el acuerdo sin adoptar medidas para evitar la conjunción de intereses, beneficiándose económicamente.
Además, la sentencia señalaba que Bascou omitió informar a la Jutep sobre las actividades de sus empresas, generando una situación de incompatibilidad con el ejercicio del cargo. La jueza concluyó que el exintendente actuó con “plena conciencia” de que su conducta podía resultar antijurídica.
Un caso reabierto y un camino judicial incierto
La anulación del fallo abre una nueva etapa en un expediente que lleva más de siete años en la órbita judicial y que ha tenido fuerte impacto político, tanto a nivel departamental como nacional. Ahora será un nuevo fiscal quien determine si corresponde formular nuevamente cargos o si la causa debe ser archivada.
Mientras tanto, Bascou redobló sus cuestionamientos al sistema judicial y aseguró tener “la conciencia tranquila”, a la espera de lo que suceda en la próxima fase del proceso.

