El Partido Nacional inició formalmente un proceso de autocrítica tras la derrota electoral frente al Frente Amplio y la asunción de Yamandú Orsi como presidente. El presidente del Directorio blanco, Álvaro Delgado, presentó este lunes un documento interno titulado “Proceso de Análisis, Autocrítica y Oportunidades de Mejora”, en el que se reconocen errores estratégicos, fallos de diagnóstico y debilidades en la campaña, al tiempo que se traza una hoja de ruta política e ideológica con la mirada puesta en las elecciones de 2029.
Delgado se colocó públicamente como el “primero de la fila de responsabilidades” y subrayó que el objetivo del proceso es identificar causas, corregir errores y “empezar a volver, y volver mejor”. El documento, elaborado a partir de instancias regionales con militantes, ediles, legisladores e intendentes, y complementado con un análisis de Opción Consultores, no fue sometido a votación del Directorio, ya que se lo considera el informe definitivo de la mesa del partido. Lleva las firmas de Delgado y de los secretarios Gloria Rodríguez, Armando Castaingdebat y María de Lima.
Errores de campaña y comunicación
El texto reconoce que durante la campaña hubo “decisiones ambiguas y fallos de diagnóstico”, además de una utilización deficiente del tiempo y un acercamiento territorial insuficiente. También se señala que la estrategia comunicacional se apoyó en exceso en los medios tradicionales, mientras que la innovación llegó tarde y no logró consolidarse.
Otro punto crítico fue la conformación de los equipos estratégicos, para lo cual el documento sugiere revisar los criterios utilizados y mejorar los mecanismos de consulta y preparación interna.
La elección de Valeria Ripoll
Uno de los capítulos más sensibles del informe refiere a la elección de Valeria Ripoll como candidata a la vicepresidencia. Allí se explica que, en un escenario electoral muy disputado, se buscó una opción “disruptiva” que permitiera abrir el partido, tender puentes con nuevos sectores y reforzar la sensibilidad social. En ese marco, se destaca que “su historia y su llegada a sectores postergados hablaban de la voluntad de hacer una propuesta más amplia y abarcativa”.
No obstante, el documento admite que el error no fue la intención sino el proceso: “Faltó preparación política interna, faltó escucha hacia los sectores y dirigentes. El anuncio se sintió sorpresivo y sin tiempo para madurar su significado dentro del partido”. Se concluye que las decisiones estratégicas de ese calibre requieren mayor tiempo de maduración y consultas más amplias.
Coalición y dificultades internas
La autocrítica también apunta a la coalición republicana, señalando que no logró proyectarse como una propuesta electoral verdaderamente conjunta. Según el análisis, las diferencias internas pesaron más que las coincidencias, y la ciudadanía percibió “más una suma de partes que una visión común”. Por ello, se plantea la necesidad de nuevas reglas de funcionamiento que preserven la identidad de cada partido pero aseguren unidad en los objetivos estratégicos.
En contraste con el Partido Nacional, el documento subraya que el Frente Amplio ha construido durante décadas un entramado institucional y cultural que excede la política partidaria, con fuerte presencia en ámbitos académicos, sindicales y sociales. Esta situación es vista como una desventaja para los blancos en la disputa de ideas y valores.
Plan de acción 2026–2029
La segunda parte del documento traza un plan de acción para el período 2026–2029. Allí se plantea la necesidad de recuperar “centralidad cultural” mediante una producción intelectual propia que cuestione los “dogmas de la izquierda” y sus “mitos fundacionales”. En ese marco, el Partido Nacional propone denunciar lo que define como “progresismo identitario excluyente” y el “wokismo”, a los que considera ideologías fragmentadoras que debilitan los vínculos sociales y la noción de bien común.
El texto sostiene que es tiempo de “disputar el espacio simbólico con argumentos, datos, narrativas y propuestas alternativas”, y propone crear un equipo intelectual interdisciplinario basado en valores de libertad, justicia social, desarrollo sostenible y republicanismo. También se impulsa la creación de un ecosistema de medios partidarios y editoriales —ensayos, podcasts, conferencias, videos y artículos— para fortalecer la presencia cultural del partido.
Las razones de la derrota, según Opción Consultores
El informe de Opción Consultores, elaborado por Rafael Porzecanski, amplía el análisis y señala que la derrota no puede explicarse únicamente por la campaña o por la elección de la fórmula. Entre los factores clave identifica la insatisfacción de parte del electorado con la gestión económica y el deterioro de la imagen del gobierno en materia de seguridad pública, un área que había sido un diferencial al inicio del período.
El estudio también destaca la ausencia de Luis Lacalle Pou como candidato presidencial, señalando que su imposibilidad de reelección afectó el desempeño electoral de la coalición. Según Opción, el expresidente mantenía una popularidad muy superior a la de otros candidatos entre los indecisos, y su presencia podría haber cambiado el resultado. En esa línea, se menciona también la ausencia en la campaña de figuras bien valoradas del gobierno anterior, como Daniel Salinas y Azucena Arbeleche.
Reacciones internas
El documento fue recibido con matices dentro del Partido Nacional. Algunos dirigentes cuestionaron que la responsabilidad por la elección de Ripoll recaiga en el equipo de campaña y señalaron que se trató más bien de una decisión personal de Delgado. Otros consideran que el proceso de autocrítica debería darse por cerrado.
El líder del Herrerismo, Luis Alberto Heber, indicó que su sector analizará el informe y adelantó que tiene coincidencias y discrepancias. Por su parte, el senador Martín Lema defendió la gestión del gobierno de Lacalle Pou, al que calificó como un “gran gobierno de coalición”, y sostuvo que la derrota se explica por la incapacidad de capitalizar ese activo durante la campaña.
Con este proceso, el Partido Nacional busca cerrar la etapa de la derrota, redefinir su identidad y estrategia, y comenzar a construir un camino político y cultural que le permita disputar nuevamente el gobierno en 2029.

