La economía uruguaya registró una contracción del 0,2% en el tercer trimestre del año respecto al segundo, interrumpiendo una racha de ocho trimestres consecutivos de crecimiento desestacionalizado, según el Informe de Cuentas Nacionales publicado por el Banco Central del Uruguay (BCU). No obstante, en la comparación interanual —frente a julio-setiembre de 2024— el Producto Interno Bruto (PIB) mostró un aumento del 1,2%.
El dato confirma una desaceleración de la actividad económica a lo largo del año y refuerza la percepción de un crecimiento por debajo del potencial del país. Con estos resultados, el PIB alcanzó los US$ 82.037 millones en los últimos 12 meses y la economía aseguró un “piso” de crecimiento anual de 1,6% por efecto arrastre, aun si no hubiera expansión en el último trimestre.
Sectores que crecieron y sectores que cayeron
Desde el enfoque de la producción, el BCU destacó el crecimiento de las actividades de Comercio, Alojamiento y Suministro de comidas y bebidas, así como de Salud, Educación, Actividades inmobiliarias, Otros servicios y Servicios financieros. Estos avances fueron parcialmente contrarrestados por la menor actividad de la Industria manufacturera, la Construcción y el sector Agropecuario, Pesca y Minería.
La Industria manufacturera registró una caída interanual de 2,1%, fuertemente impactada por la paralización de la refinería de Ancap durante buena parte del trimestre, a raíz de la avería de la boya petrolera de José Ignacio. También incidieron negativamente, aunque en menor medida, la producción de pasta de celulosa y la fabricación de vehículos automotores.
El sector Agropecuario, Pesca y Minería tuvo una leve contracción interanual de 0,2%, explicada principalmente por una menor producción silvícola y menores exportaciones de rolos de madera para la industria de la celulosa. En contraste, la actividad de Energía eléctrica, Gas y Agua creció 2,2%, impulsada por mayores exportaciones de energía hacia Argentina.
La Construcción fue uno de los sectores más afectados, con una caída interanual de 3,1%, debido a una menor inversión en obras de vialidad y líneas de energía eléctrica, que no logró ser compensada por el mayor dinamismo en la construcción de edificios.
Desde el enfoque del gasto
Desde el punto de vista de la demanda, se observó una expansión de la demanda interna en comparación con el tercer trimestre de 2024, asociada al aumento del Gasto de Consumo Final, que creció 1,9%. El consumo de los hogares aumentó 2,1%, con incidencia positiva del gasto en bienes de consumo importados —como prendas de vestir, vehículos y otros bienes durables— y en servicios recreativos y de restaurantes. Esto fue parcialmente contrarrestado por una reducción del gasto en turismo en el exterior.
El Gasto de Consumo Final del Gobierno e Instituciones sin Fines de Lucro al Servicio de los Hogares también creció 1,4%, vinculado principalmente a un mayor gasto en salud pública.
En contrapartida, la Formación Bruta de Capital cayó 8,9% en términos interanuales, explicada por una mayor desacumulación de existencias, particularmente de granos exportados durante el trimestre. La Formación Bruta de Capital Fijo, en tanto, creció apenas 1,3%, impulsada por una mayor inversión en maquinaria y equipos importados, aunque contrarrestada por la caída en otras construcciones. El bajo dinamismo de la inversión aparece como uno de los principales factores de preocupación para los analistas.
Sector externo
La demanda externa mostró un desempeño positivo. Las exportaciones de bienes y servicios crecieron 5,2% interanual, impulsadas por mayores colocaciones de soja, carne, arroz y energía eléctrica. Sin embargo, se registró una caída en los servicios exportados, principalmente en servicios auxiliares de transporte y de gestión, parcialmente compensada por el crecimiento de los servicios de tecnologías de la información. También se constató una disminución del turismo receptivo, asociada a un menor ingreso de turistas al país.
Las importaciones aumentaron 3,0%, con subas en bienes de consumo —productos farmacéuticos, prendas de vestir, carne y automóviles—, bienes intermedios y bienes de capital, especialmente maquinaria y equipamiento industrial. Se verificó un aumento en las importaciones de combustibles y una reducción en las compras de petróleo, vinculada a la avería de la boya de Ancap. Además, continuó la contracción del turismo emisivo, con menos viajes de uruguayos a Argentina.
Análisis y proyecciones
Para el economista José Antonio Licandro, los datos del BCU confirman que la economía “viene prácticamente estancada desde el primer trimestre”, con una leve caída en el tercero. Destacó el escaso dinamismo de la inversión, muy por debajo de lo necesario para aumentar el ratio inversión/PIB, uno de los objetivos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
En una línea similar, Aldo Lema, socio director de Vixion Consultores, señaló que el crecimiento del año fue “de más a menos” y estimó que el promedio de 2025 se ubicará en torno al 2%, por debajo del 2,6% proyectado por el gobierno en la ley de Presupuesto. Lema consideró poco probable que la caída del tercer trimestre anticipe una recesión técnica, ya que espera una leve recuperación hacia fin de año.
Desde el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Deborah Eilender calificó a 2025 como un “año de normalización”, sin shocks extraordinarios como la pandemia o la sequía, pero advirtió que la economía está creciendo por debajo de su potencial. Su proyección también ronda el 2%.
Sofía Harguindeguy, de Grant Thornton, subrayó que el desempeño del tercer trimestre estuvo por debajo de lo esperado por los analistas y aleja la posibilidad de alcanzar la meta oficial. Para cumplir con el 2,6% anual, la economía debería crecer 3,5% interanual en el cuarto trimestre, algo que consideró poco probable.
Por su parte, Marcelo Sibille, de KPMG, advirtió que el bajo crecimiento es el “talón de Aquiles” de la economía uruguaya y alertó sobre el riesgo de que, de persistir esta tendencia, se vean afectados los buenos indicadores de empleo observados durante el año. En Exante, Luciano Magnífico coincidió en que el crecimiento del PIB en 2025 se ubicará en torno al 2%, destacando el buen desempeño exportador y la recuperación del consumo privado.
En síntesis, los datos del tercer trimestre confirman un enfriamiento de la actividad económica, con una inversión débil y un crecimiento sostenido principalmente por el consumo y las exportaciones. Las proyecciones de los analistas coinciden en que Uruguay crecerá por debajo de lo previsto en el Presupuesto, en un contexto internacional complejo y con desafíos estructurales que siguen limitando el potencial de expansión de la economía.

