Montevideo, 1 de octubre de 2025. – La investigación por el atentado contra la fiscal de Corte, Mónica Ferrero, avanza con el foco puesto en dos reclusos del Penal de Libertad, según confirmaron fuentes policiales. La principal línea de indagación apunta a que las familias de ambos internos, radicadas en el barrio Cerro de Montevideo, podrían estar detrás de la organización del ataque contra la vivienda de la jerarca judicial.
El lunes, efectivos de la Policía realizaron un operativo en el que se requisaron tres teléfonos celulares a integrantes de esas familias. Sin embargo, el procedimiento enfrenta una dificultad clave: las autoridades sospechan que guardias penitenciarios estarían alertando a los narcotraficantes antes de las requisas, lo que complica la obtención de pruebas contundentes.
Una fuente policial consultada graficó la situación con una reflexión: “¿Cuántos años hace que no ocurre un motín en el Penal de Libertad? Muchos años”. Según los investigadores, este clima de relativa estabilidad responde a la fortaleza de las estructuras criminales con mayor jerarquía, que controlan la convivencia interna y limitan los enfrentamientos.
En contraste, la situación en el Comcar es muy diferente. Allí, los agentes señalan la existencia de decenas de grupos enfrentados entre sí, integrados mayoritariamente por rapiñeros y ladrones de bajo nivel, muchos de ellos adictos a la pasta base. Esta fragmentación ha generado un escenario de violencia constante dentro del establecimiento carcelario, a diferencia del orden que imponen las grandes bandas en Libertad.
Las pesquisas sobre el atentado contra Ferrero continúan, con el objetivo de establecer si la planificación salió efectivamente desde el Penal de Libertad y cómo se articuló con actores externos. El caso mantiene en alerta a las autoridades, que consideran que el ataque buscó amedrentar a la Fiscalía en el marco de las investigaciones contra el narcotráfico.

