En los últimos días, Uruguay fue testigo de un suceso astronómico inusual: el cielo se tiñó de color rojo, dejando perplejos a residentes y visitantes por igual. Este fenómeno, que sorprendió a diversas localidades costeras como La Paloma, La Pedrera, Punta del Diablo y el Chuy, fue el resultado de una tormenta geomagnética generada por una intensa actividad solar, según informó la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos.
Este fenómeno conocido como auroras australes son la contraparte del fenómeno más conocido como aurora boreal, que ocurre en las regiones polares del hemisferio norte. Ambos fenómenos, auroras boreales y australes, son el resultado de la interacción entre partículas energéticas provenientes del Sol y el campo magnético terrestre.
La NOAA emitió una alerta en la escala G5, la más alta en su baremo, luego de varios días de actividad solar intensa que alcanzó su punto máximo el pasado viernes. Esta tormenta solar fue catalogada como la más potente en más de dos décadas, con la NOAA calificándola como “extrema”, siendo la más poderosa desde octubre de 2003.
El impacto de esta tormenta geomagnética se extendió más allá de las fronteras de Uruguay. En Europa, las auroras boreales se hicieron visibles en ciudades de Alemania, el Reino Unido e incluso España, mientras que en Estados Unidos llegaron a ser vistas en el norte del estado de California.