La Comisión de Salud del Senado aprobó por unanimidad el proyecto de ley presentado por el senador nacionalista Martín Lema que extiende a los menores de edad e incapaces la presunción de consentimiento tácito para la donación de órganos y tejidos en caso de fallecimiento. La iniciativa, que cuenta con respaldo interpartidario, será votada el próximo martes en el plenario de la Cámara Alta y luego pasará a consideración de Diputados.
Actualmente, la normativa de 2013 establece la presunción de consentimiento únicamente para mayores de edad, mientras que en el caso de menores o incapaces la autorización debe ser otorgada por sus representantes legales al momento del deceso. Según Lema, este mecanismo genera situaciones profundamente traumáticas para las familias y limita la disponibilidad de órganos para trasplantes pediátricos. “Es muy injusto estar consultando a los padres en un momento tan traumático. Esto supone un cambio de paradigma”, sostuvo el legislador, quien destacó la celeridad y buena voluntad de todos los partidos para avanzar en el tema.
El proyecto establece que la oposición a la donación podrá ser expresada en cualquier momento por uno de los representantes legales —padres, tutores o curadores— mediante los procedimientos previstos. Asimismo, se garantiza que los familiares sean informados sobre la naturaleza de los procedimientos vinculados a la ablación. En casos que requieran pericia forense, la autorización quedará sujeta al aval del juez penal de turno y del médico forense.
Organizaciones respaldan la iniciativa
La fundación “Corazoncitos”, dedicada a mejorar la atención de niños con cardiopatías congénitas, manifestó su apoyo al proyecto. Su directiva, Verónica Montoli, subrayó que se trata de una necesidad urgente: “Nos lo debemos como sociedad. Siempre hay un niño en lista de espera para recibir la donación de un corazón. Siempre faltan donantes”. Recordó además que su propio hijo falleció en 2017 esperando un trasplante que no llegó.
Montoli sostuvo que preguntar a las familias en el momento inmediato del fallecimiento suele conducir a respuestas negativas por el impacto emocional: “En ese momento probablemente quieran morirse con su hijo. Además, el proyecto no quita el derecho a decir que no”. En su opinión, la clave es promover la información y la concientización para que el tema esté previamente conversado.
Un cambio para mejorar las oportunidades de trasplantes
Uruguay ha liderado en la región las tasas de donación de órganos, pero persiste el déficit de disponibilidad para menores. Según Lema, el marco actual “genera que haya niños que mueren a la espera de recibir un trasplante y otros pasen mucho tiempo en lista de espera”, lo que motivó la presentación de la iniciativa en agosto pasado.
El consentimiento presunto o tácito es un modelo extendido en varios países. España lo introdujo en 1979 y fue paulatinamente adoptado por sistemas de salud europeos y latinoamericanos. En Uruguay, la primera ley sobre donación de órganos se promulgó en 1971.
Si el proyecto prospera, se prevé que aumente el número de donantes pediátricos y se reduzcan los tiempos de espera, especialmente para trasplantes de corazón, hígado y riñón, donde los casos críticos se repiten año tras año.
Con esta reforma, el Parlamento busca dar un paso significativo hacia un sistema más eficiente, humano y preparado para salvar vidas en situaciones donde cada minuto cuenta.

