El artículo titulado “Conexión Ganadera: crece la familia”, publicado el 28 de mayo de 2025 por Felipe Caorsi en el periódico uruguayo La Mañana, expone un nuevo caso relacionado con la presunta estafa de Conexión Ganadera (CG), una empresa que prometía rentabilidad a inversores mediante la compra y engorde de ganado.
Caso de Luisa y su familia
Luisa, de 63 años, junto a su hermana y su madre, vendieron sus propiedades en 2016 para invertir 826.000 dólares en CG, a través de su entonces pareja, Sergio Bidegain, y su socio Roberto Bonavoglia Saravia. El acuerdo estipulaba una renta fija anual del 10,8%, con pagos trimestrales. Sin embargo, en septiembre de 2024, los pagos cesaron. Bonavoglia informó a Luisa que el dinero había sido invertido en deuda soberana argentina sin su consentimiento, lo cual quedó registrado en un audio. Posteriormente, ambos socios firmaron un documento reconociendo la deuda y acordando un plan de pagos en ocho cuotas, de las cuales ninguna ha sido abonada hasta la fecha. Luisa, actualmente sin vivienda propia, vive con su hija y continúa exigiendo la devolución de su inversión.
Contexto más amplio
Este caso se suma a una serie de denuncias contra Conexión Ganadera, que en 2025 fue identificada como un esquema Ponzi, afectando a más de 4.000 inversores y causando pérdidas estimadas en 405 millones de dólares. La empresa, fundada en 1999 por Gustavo Basso y Pablo Carrasco, prometía rentabilidades mediante inversiones en ganado, pero utilizaba los fondos de nuevos inversores para pagar a los anteriores. La situación se agravó tras la muerte de Basso en un accidente en noviembre de 2024, lo que llevó a la intervención judicial de la empresa y a investigaciones por estafa y lavado de activos.
El caso de Luisa ilustra las consecuencias personales de esta estafa, donde inversores confiaron sus ahorros y propiedades en un esquema fraudulento, enfrentando ahora la pérdida de su patrimonio y la incertidumbre sobre la recuperación de sus fondos.