El crecimiento acelerado de las compras por Internet al exterior, impulsado por el denominado “efecto Temu”, encendió la alarma en el sector comercio y servicios de Uruguay. Importadores y comerciantes aseguran que las ventas navideñas fueron “muy malas”, afectadas por el aumento sostenido de las compras realizadas bajo el régimen de franquicias internacionales, que permite ingresar productos sin pagar impuestos.
Durante 2024 ingresaron al país casi un millón de paquetes mediante envíos expresos, alcanzando a más de 650.000 usuarios. Esa cifra ya fue superada en un 15,4% entre enero y julio de 2025, fenómeno que los empresarios atribuyen principalmente al desembarco y expansión de la plataforma china Temu, que ofrece productos a precios significativamente más bajos que los del mercado local.
Desde la Cámara de Importadores de Calzado y Textil, su presidente Herminio Castro sostuvo que el impacto es especialmente fuerte en diciembre, mes clave para el comercio. “Estamos peores que el año pasado. En general, las ventas son malas”, afirmó, señalando que los picos de consumo concentrados entre el 23 y el 24 de diciembre “no cambian nada” en el balance global del sector.
Castro adelantó que se solicitará una reunión con el Ministerio de Economía y Finanzas para plantear la necesidad de un decreto reglamentario que introduzca excepciones en la aplicación del nuevo impuesto a las franquicias, incluido en la ley de Presupuesto. El régimen vigente permite tres compras anuales de hasta US$ 200 cada una, mientras que el régimen simplificado habilita compras de igual monto pagando un 60% del valor, sin límite anual.
Según la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay, hasta marzo de este año se comercializaron unos US$ 15 millones por régimen de franquicia y se proyecta que al cierre de 2025 el monto supere los US$ 180 millones.
La nueva normativa propone un IVA del 22% para compras por Internet al exterior —excepto las provenientes de Estados Unidos— y amplía el tope anual de las franquicias a US$ 800. Para Castro, el impacto de la medida será mínimo y, por el contrario, podría generar un aumento del 33% en las compras, además de habilitar el ingreso de más productos electrónicos.
Desde el comercio minorista, las críticas fueron aún más duras. El director de El Clon, Evaristo González, calificó la situación como “un disparate”. “Es un disparate que un país como Uruguay exonere a empresas chinas —o de cualquier origen— de todos los impuestos y lo único que pretendan es cobrar un 22% de IVA”, afirmó. “Ojalá me dejaran a mí importar pagando solo el IVA; podríamos bajar entre un 25% y un 30% los precios”, agregó.
González también cuestionó la falta de controles y el impacto en el empleo. “Estas plataformas venden productos al precio de China sin pagar impuestos, mientras nosotros asumimos recargos, controles de seguridad y certificaciones”, señaló, planteando interrogantes sobre la protección al consumidor y la seguridad de los productos. En ese sentido, recordó que sectores como el de jugueterías ya denunciaron el cierre de unos 40 locales, en parte por la competencia de productos importados sin los mismos requisitos que exige el mercado local, como certificaciones del LATU.
“Llegan más de dos millones de paquetes a un país de 3,4 millones de habitantes. Uruguay no está siendo consciente de lo que esto provoca”, advirtió González, quien también cuestionó el impacto ambiental y las exigencias que sí deben cumplir las empresas locales en materia de residuos electrónicos.
Pese a este panorama, desde la Cámara de Comercio y Servicios, su presidente Julio César Lestido sostuvo que algunos comerciantes aún mantienen expectativas moderadas de crecimiento en el último trimestre del año, aunque reconoció que el escenario es heterogéneo y depende de cada rubro.
Mientras tanto, el debate sobre las franquicias, los controles y la competencia con plataformas internacionales vuelve a instalarse con fuerza, en un contexto donde el comercio local reclama reglas iguales para todos.

