El Banco Central baja nuevamente la tasa de interés y se acerca a una política monetaria “neutral”

El Banco Central del Uruguay (BCU) resolvió este martes, por unanimidad, reducir su tasa de política monetaria —conocida como el “precio del dinero”— en 50 puntos básicos, pasando de 8,75% a 8,25%, en el marco de su reunión del Comité de Política Monetaria (Copom).

Se trata del tercer recorte consecutivo en lo que va del año, luego de las reducciones aplicadas en julio y agosto, ambas de 25 puntos básicos. Con esta medida, el BCU busca moderar el sesgo contractivo de su política y avanzar hacia una instancia neutral, acompañando la tendencia de baja sostenida en las expectativas de inflación.

Inflación controlada y señales de estabilidad

En su comunicado oficial, el organismo señaló que la decisión responde a la estabilidad macroeconómica y al descenso sostenido de la inflación, que en los últimos 12 meses cerró en 4,25%, dentro del rango meta de 3% a 6% y apenas por debajo del objetivo central de 4,5%.

El presidente del BCU, Guillermo Tolosa, explicó en un video publicado en redes sociales que “la inflación está prácticamente en nuestra meta y proyectamos que, de no mediar choques significativos a la economía, se mantendrá en torno a ese nivel en los próximos años”.

Tolosa destacó además que el país mantiene una credibilidad creciente en la política monetaria, lo que ha permitido anclar las expectativas de los agentes económicos y fortalecer la confianza del mercado.

Impacto en el dólar y en el crédito

Analistas consultados estiman que este nuevo recorte de tasas podría tener efectos moderados sobre el tipo de cambio, ya que una menor tasa de interés local tiende a reducir la rentabilidad de las inversiones en pesos y, por ende, presionar al alza el dólar en el corto plazo.

Sin embargo, el impacto dependerá también del comportamiento regional y de la política monetaria de Estados Unidos, que sigue siendo un factor determinante en los flujos de capital hacia los países emergentes.

Por otro lado, se espera que la medida favorezca el acceso al crédito y reactive gradualmente el consumo y la inversión interna, especialmente en sectores sensibles como el comercio y la construcción.

Un giro hacia la neutralidad monetaria

Con esta decisión, el BCU da un paso más en su transición hacia una política monetaria neutral, luego de varios años de sesgo contractivo destinado a contener la inflación.

El mercado interpreta esta señal como una etapa de normalización, que busca mantener el equilibrio entre el control de precios y el estímulo al crecimiento económico.

El próximo encuentro del Copom está previsto para fines de noviembre, donde se evaluará si las condiciones macroeconómicas permiten continuar con el proceso de reducción gradual de tasas sin comprometer la estabilidad de precios.

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