Gobierno uruguayo sigue de cerca la “escalada” de tensión en el Caribe mientras Cancillería apuesta a que Trump solo “negocia”

El gobierno uruguayo monitorea con atención la creciente tensión generada por los mensajes y advertencias del presidente estadounidense Donald Trump hacia Venezuela, un escenario que ha despertado inquietud en Sudamérica y especialmente en ámbitos políticos del país. Aunque en la Torre Ejecutiva admiten la sensibilidad del conflicto, en el Ministerio de Relaciones Exteriores confían en que las amenazas no derivarán en una acción militar directa.

Desde el entorno del canciller Ariel Lubetkin se entiende que la estrategia de Trump responde a un estilo “no tradicional” de negociación, que ya ha mostrado resultados en conflictos internacionales complejos. En Cancillería recuerdan, por ejemplo, su rol en la tregua entre Israel y Hamás, así como los avances obtenidos en las conversaciones entre Rusia y Ucrania, donde logró “desplazar a Europa” como actor central. Por esta razón, consideran improbable que el mandatario estadounidense profundice un operativo bélico en el Caribe, pese a declaraciones recientes en las que adelantó que “muy pronto” tropas norteamericanas podrían “atacar en tierra” venezolana.

En el Palacio Santos también se valora que una intervención militar tendría alto costo político dentro de Estados Unidos, un país cuya composición demográfica ha cambiado significativamente por el crecimiento de la población latina. A esto se suma que las invasiones de carácter político-militar, como la de Panamá en 1989, han quedado prácticamente en desuso por su repercusión internacional.

Por el momento, la Cancillería no prevé emitir un pronunciamiento formal respecto al aumento de tensión. “No vamos a hacer nada”, señalaron allegados al ministro Lubetkin, quienes remarcaron que la postura del gobierno ya ha sido planteada en entrevistas recientes con medios internacionales. En diálogo con Telesur, Lubetkin afirmó que “no puede haber guerra en la región” y que América Latina y el Caribe deben mantenerse como una “zona de paz y desnuclearizada”. En caso de un desenlace militar impulsado desde Washington, advirtió, estaríamos ante “un drama”.

Preocupación en el Frente Amplio y llamados a una postura latinoamericana unificada

Mientras el gobierno opta por la cautela, en el Frente Amplio se multiplican las señales de preocupación. Su presidente, Fernando Pereira, afirmó que “el Uruguay entero debería rechazar” la amenaza estadounidense y llamó a conformar un bloque regional para condenar una eventual escalada de “violencia imperial”. Para Pereira, los movimientos de Trump en el Caribe, incluida la presencia de una flota militar, son de una gravedad “única” e impropia de un contexto regional que ha sido históricamente un territorio de paz.

El líder frenteamplista también cuestionó lo que considera acciones de “intervencionismo” de Estados Unidos en procesos electorales de Honduras y Argentina, así como presiones arancelarias hacia Brasil en defensa del expresidente Jair Bolsonaro. Pereira sostuvo además que, pese a sus críticas al régimen de Nicolás Maduro, una intervención militar sería “terrible para cualquier país”. “Trump se ha colocado como presidente de América Latina, y es el presidente de los Estados Unidos”, sentenció.

En el Parlamento, legisladores de la coalición de izquierda siguen de cerca el curso de los acontecimientos, aunque reconocen la escasez de información confiable sobre lo que realmente sucede en el Caribe. El senador Eduardo Brenta, integrante de la comisión de Asuntos Internacionales, señaló que por el momento no se prevén pronunciamientos formales. Desde el MPP, en tanto, se remiten a la declaración de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (EuroLat), que reafirma el compromiso de la región con la paz y la resolución pacífica de controversias.

La Mesa Política del Frente Amplio ya se había manifestado el 10 de noviembre, denunciando una “campaña de amenazas y hostigamientos” contra Venezuela y la movilización de más de 10.000 militares estadounidenses en el Caribe. Allí, el FA reafirmó su carácter “antiimperialista”.

Expectativa, cautela y un escenario regional en alerta

Mientras los mensajes de Trump continúan generando incertidumbre, Uruguay mantiene un seguimiento permanente, sin asumir por ahora una postura pública más allá de los planteos ya expresados por el Canciller. El gobierno apuesta a que el conflicto no escale hacia una intervención militar, al tiempo que los sectores progresistas del país reclaman una respuesta regional conjunta.

En un contexto donde América Latina se reivindica como zona de paz, las señales provenientes del Caribe encienden alarmas diplomáticas, políticas y estratégicas que Uruguay, como otros países de la región, observa con creciente atención.

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