El fenómeno meteorológico trae pocas lluvias y temperaturas más bajas de lo normal.
Todo indica que en las próximas semanas, cuando parta la primavera, el fenómeno de La Niña comenzará a instalarse inexorablemente en el hemisferio sur, trayendo un verano menos caluroso pero también menos lluvias, lo que provocará un aumento en la sequía y en las heladas. Así lo indica el NOAA, el que asegura que existe un 66% de probabilidad de que La Niña arribe con su corriente fría entre septiembre y octubre de este año.
La Niña se conoce como el fenómeno opuesto de El Niño y se trata del enfriamiento de las temperaturas de la superficie del océano en la región del Pacífico Ecuatorial. Se produce cada dos o siete años y alterna con el episodio inverso y momentos neutros. Cabe destacar que estas variaciones de temperaturas pueden provocar fluctuaciones importantes del clima en todo el mundo.
Junto con ello, aparece un patrón de lluvias concentradas, lo cual impide que se recarguen las napas y que escurra el agua hacia el mar, por lo tanto, hace más evidente el efecto de sequía.
Además del estrés hídrico, hay que considerar que el factor de La Niña generaría “fuertes lluvias altiplánicas en el norte y también un aumento de la temperatura en la zona patagónica”, prevé experto.
“Si se desarrolla en los próximos meses, probablemente marque el verano de 2025. La Niña en el verano se asocia a temperaturas moderadas, lo que significa que el próximo verano podría ser menos extremo en términos de temperatura”, matizó el climatólogo, quien agregó que en algunos años se pueden dar varios fenómenos de la Niña consecutivos.

