El canciller saliente dijo a El País que “nadie puede decir” que el gobierno “no intentó de varias formas modernizar las relaciones internacionales en términos de conseguir más mercados y abrirlos”.
A menos de una semana de dejar el Palacio Santos en las manos de Mario Lubetkin, el canciller Omar Paganini hace una evaluación optimista de la política exterior de Luis Lacalle Pou, que deja, a su entender, “un prestigio internacional innegable”.
En entrevista con El País, dijo, entre otras cosas, que el mandatario nacionalista llevó adelante “una voz reconocida en el continente”, y que además dejó al “un país bien administrado”. Sobre la decisión de frenar las invitaciones a Venezuela, Cuba y Nicaragua que había cursado el gobierno electo para el 1° de marzo, el canciller afirmó que no recibió “ningún mensaje” como reclamo de parte del equipo de Yamandú Orsi.
Durante la presidencia de Luis Lacalle Pou, Uruguay adoptó una política exterior caracterizada por la independencia, el compromiso con los derechos humanos y la apertura al mundo. Uno de los pilares de su gestión fue la promoción de la flexibilización del Mercado Común del Sur (Mercosur), buscando permitir que los Estados miembros pudieran establecer acuerdos comerciales de manera individual fuera del bloque. Esta postura generó tensiones con países vecinos, pero reflejó la intención de modernizar y adaptar las relaciones internacionales de Uruguay a un contexto global dinámico.
Un logro destacado en este ámbito fue la culminación del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea en diciembre de 2024, tras 25 años de negociaciones. Este pacto, anunciado en Montevideo junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, representa un hito significativo en las relaciones birregionales y se espera que beneficie económicamente a ambas partes.
En cuanto a las relaciones bilaterales, el gobierno de Lacalle Pou fortaleció lazos con diversos países. Por ejemplo, en noviembre de 2021, Uruguay y Colombia firmaron un acuerdo para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal, demostrando una voluntad de cooperación regional en materia económica y fiscal.
La administración también se destacó por su firme postura en defensa de la democracia y los derechos humanos en la región. Uruguay mantuvo una posición crítica hacia regímenes considerados autoritarios, como los de Venezuela, Cuba y Nicaragua, alineándose con países que promueven valores democráticos y buscando fortalecer la estabilidad política en América Latina.
Sin embargo, algunas decisiones generaron debates internos y externos. La expedición de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset fue un episodio controvertido, aunque desde el gobierno se minimizó su impacto en la imagen internacional del país. Además, la intención de negociar un Tratado de Libre Comercio con China no se concretó, en parte debido a las complejidades geopolíticas y a la necesidad de consenso dentro del Mercosur.
En resumen, la política exterior durante el mandato de Lacalle Pou se caracterizó por una búsqueda activa de inserción internacional, defensa de principios democráticos y esfuerzos por modernizar las relaciones comerciales, enfrentando desafíos tanto a nivel regional como global.