Panorama económico: dólar, crecimiento, inflación y déficit según expectativas del BCU

La Encuesta de Expectativas Económicas y la Encuesta de Expectativas de Inflación divulgadas en diciembre por el Banco Central del Uruguay muestran un escenario de moderación económica, con menor crecimiento, inflación controlada y un dólar más bajo de lo previsto meses atrás, situación que genera inquietud en el Ministerio de Economía y Finanzas.

Crecimiento económico

Los analistas —bancos, consultoras, economistas y AFAP— proyectan que el PIB crecerá 2,1% en 2025, por debajo de estimaciones previas. Para 2026, la mediana baja a 1,9%, mientras que en 2027 se espera una expansión de 2%. El propio ministro Gabriel Oddone reconoció que el crecimiento será algo menor al previsto originalmente por el gobierno.

Inflación

En materia de precios, las expectativas se mantienen dentro del rango objetivo del BCU. Para 2025, la inflación se ubicaría en 3,8%, por debajo de la meta de 4,5%. En 2026 y 2027, las proyecciones rondan 4,5%, consolidando un escenario de estabilidad inflacionaria. A dos años vista, la inflación esperada es 4,63%, prácticamente alineada con el objetivo oficial.

Dólar

El tipo de cambio es uno de los puntos sensibles. Los analistas estiman que el dólar cerrará 2025 en torno a $39,30, 2026 en $40,50 y 2027 cerca de $41,90, valores sensiblemente más bajos que los proyectados meses atrás. Actualmente, el dólar cotiza alrededor de $39, acumulando una fuerte caída en lo que va del año, trayectoria que las autoridades económicas reconocen como incómoda por sus efectos sobre la competitividad.

Desempleo y déficit fiscal

En el mercado laboral, se prevé un desempleo promedio de 7,4% en 2025, con leves aumentos hacia 7,6% en 2026 y 7,65% en 2027.
Respecto a las cuentas públicas, el déficit fiscal sería de 4,3% del PIB este año, subiría a 4,5% en 2026 y bajaría nuevamente a 4,1% en 2027, niveles que reflejan un desafío persistente para la política fiscal.

En síntesis, las expectativas muestran una economía uruguaya con crecimiento moderado, inflación controlada, un dólar más bajo de lo esperado y un déficit fiscal elevado, configurando un escenario de estabilidad macroeconómica, aunque con tensiones en competitividad y finanzas públicas de cara a los próximos años.

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