Montevideo, 27 de agosto de 2025 – El proyecto piloto implementado por la Administración Nacional de la Educación Pública (ANEP) para instalar cámaras de reconocimiento facial en el liceo José Luis Invernizzi de Piriápolis genera reacciones encontradas: mientras el presidente de la institución lo calificó como “el más polémico” y admite sentirse incómodo con la medida, el sindicato docente y sectores políticos alertan sobre sus riesgos y avanzan con medidas de resistencia.
Caggiani reconoce la polémica, pero asegura que es un paso necesario
El presidente del Codicen, Pablo Caggiani, admitió que el uso de reconocimiento facial para controlar la asistencia estudiantil es “el más polémico” de las tecnologías bajo prueba, y agregó: “No me resulta muy cómodo, pero estamos probando a ver si efectivamente es una solución”. Precisó que este sistema se encuentra dentro de un conjunto de propuestas, que incluye apps móviles y uso de Wi‑Fi, diseñadas para obtener datos precisos y en tiempo real sobre el ausentismo.
Para Caggiani, la tecnología no implica riesgos de privacidad: explicó que el reconocimiento facial convierte rasgos únicos del rostro en un código matemático que se almacena —sin guardar la imagen original— y que circula como parte de un circuito cerrado dentro de ANEP, en colaboración con Plan Ceibal.
Docentes y padres en pie de guerra
En reacción, la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes) denunció que el plan “vulnera la privacidad, las libertades individuales y afecta la soberanía de datos”. Señalaron además que la medida no fue discutida en ningún ámbito bipartito, lo que agrava la sorpresa y descontento.
Como consecuencia, los docentes locales se declararon “en conflicto” y anunciaron un paro con posible ocupación del liceo desde el 1° de setiembre, jornada prevista para el inicio del plan piloto. En caso de no ser revertida la medida, desde Maldonado se busca extender la movilización a todo el país.
También surgieron voces críticas desde el ámbito político: el senador colorado Robert Silva calificó la iniciativa en su cuenta de X (Twitter) como “un disparate que mezcla vigilancia masiva, alto costo, cero resultado, afectación de la privacidad” y cuestionó su eficacia para abordar el ausentismo.
Debate legal y comunitario
El proyecto no fue bien recibido tampoco por padres, quienes expresan su inquietud sobre la protección de los datos de sus hijos, tema que consideran poco aclarado por ANEP.
Desde el punto de vista legal, expertos señalan que la Ley 18.331 de protección de datos personales exige un consentimiento expreso de los padres o responsables, especialmente tratándose de menores, además de una evaluación de impacto para datos biométricos.
Conclusión
El plan piloto de ANEP en Piriápolis avanza en un contexto de alta tensión. Mientras se impulsa como una herramienta moderna para enfrentar el ausentismo con información inmediata, se desencadenó un rechazo masivo que agrupa a docentes, padres y legisladores. La polémica no solo ha puesto en el centro del debate la privacidad y los derechos de los estudiantes, sino también la necesidad de diálogo público y transparencia en la implementación de tecnología verificada en ámbitos tan sensibles como la educación.