Por Redacción | 12 de mayo de 2025
El resultado de las elecciones departamentales y municipales del domingo 11 de mayo dejó un duro golpe para el Frente Amplio (FA) en el departamento de Cerro Largo, donde la coalición de izquierda registró su peor desempeño electoral en los últimos años. A pesar de ser la fuerza política que gobierna el país y haber recuperado intendencias clave como Río Negro, en tierra arachana el Frente retrocedió de forma significativa.
En el plano departamental, el FA pasó de tener seis a solo tres ediles en la Junta Departamental, lo que representa una pérdida de peso institucional y de capacidad de negociación dentro del órgano legislativo. A nivel municipal, la situación fue aún más crítica: perdió todos los concejales que había logrado en municipios en ciclos anteriores, quedando fuera de la representación en los 15 municipios de Cerro Largo.
Desde la dirección departamental del Frente Amplio ya se comenzó a procesar una autocrítica profunda, que se formalizará en una evaluación política prevista para los próximos días. La magra votación encendió alarmas internas en la coalición, donde se reconoce que faltó organización territorial, presencia sostenida en el interior profundo y conexión con las demandas locales.
Voceros del FA en Cerro Largo reconocieron que, más allá de la polarización interna del Partido Nacional que terminó con la derrota del oficialismo departamental (José Yurramendi) a manos de Christian Morel, el Frente Amplio no logró posicionarse como una alternativa real de gobierno ni capitalizar el desgaste de la administración saliente. “Hicimos una campaña con propuestas serias, pero no logramos transmitir cercanía ni representatividad”, admitió uno de los referentes locales.
El escaso caudal de votos también plantea interrogantes sobre el recambio generacional dentro del FA arachán, que no logró consolidar nuevas figuras ni retener estructuras de base en zonas claves como Río Branco, Noblía o Fraile Muerto.
En un contexto donde el Frente Amplio se mantiene fuerte en el eje metropolitano y logró avances en otros puntos del país, el caso de Cerro Largo aparece como una excepción negativa que obliga a una revisión urgente de estrategia, liderazgo y presencia territorial.
Se espera que en las próximas semanas se reúnan los órganos de conducción departamentales y nacionales para analizar el escenario y comenzar a delinear el nuevo rumbo de cara al período 2025–2030.

