Triple crimen en Buenos Aires: una detenida rompió el silencio y reveló que “alguien pagó un millón de dólares”

El caso del triple crimen de Florencio Varela, en Buenos Aires, dio un nuevo giro tras la declaración ampliada de Celeste Magalí González Guerrero, una de las detenidas por el asesinato de Morena Verdi, Brenda del Castillo y Lara Gutiérrez, cuyos cuerpos mutilados fueron hallados enterrados en el fondo de una vivienda. La mujer, de 28 años, rompió el pacto de silencio y aportó detalles estremecedores sobre el origen y la motivación del crimen.

Un millón de dólares y una venganza narco

Durante su nueva declaración ante el fiscal Adrián Arribas, González Guerrero aseguró que “alguien pagó un millón de dólares por el triple crimen”, y que el motivo habría sido una venganza por el robo de 30 kilos de cocaína al narcotraficante conocido como el Duro. Según su testimonio, el dinero habría sido entregado a Julio, alias “Pequeño J”, presunto autor intelectual del crimen, quien a su vez recibía órdenes de el Duro.

“Matías me contó que a Julio alguien le pagó un millón de dólares por lo que hicieron”, declaró la mujer, haciendo referencia a Matías Agustín Ozorio, otro de los detenidos en la causa.

El presunto cabecilla de la banda, Tony Janzen Valverde Victoriano (Pequeño J), se encuentra actualmente preso en Perú, a la espera de un pedido de extradición a la Argentina.

La estructura del grupo narco

González Guerrero reveló además que ella y su pareja, Miguel Ángel Villanueva Silva, trabajaban para la organización vendiendo droga en la zona. Afirmó que Ozorio les llevaba entre 100 y 120 envoltorios de cocaína, valuados en $10.000 cada uno, que luego distribuían entre los consumidores. En otras ocasiones, el encargado de entregar la droga era un joven apodado Rulos, presunto familiar de “Pequeño J”.

Según explicó, la sustancia era trasladada desde Nueva Pompeya hasta Florencio Varela, y provenía de “un departamento de Julio”, lo que confirma la conexión directa entre los puntos de venta y el núcleo operativo del grupo narcocriminal.

Las víctimas y el origen del crimen

La declaración de González Guerrero también permitió reconstruir parte del móvil. Según dijo, dos de las víctimas habrían participado en el robo de los 30 kilos de cocaína, mientras que la más joven, Lara Gutiérrez, de 15 años, “no tenía nada que ver”.

Los cuerpos de las tres mujeres fueron hallados mutilados y enterrados en el fondo de la vivienda que la propia González Guerrero habitaba antes de su detención, un hecho que conmocionó a la sociedad argentina por su nivel de brutalidad y su aparente conexión con el narcotráfico internacional.

Dudas y contradicciones

Pese a la magnitud del relato, un investigador judicial citado por el diario La Nación puso en duda parte de la versión, al considerar que “no cierra que se pague un millón de dólares para vengarse por el robo de 30 kilos de cocaína”, ya que esa cifra “equivale al valor de la droga en Europa”.

Sin embargo, las declaraciones de González Guerrero fueron incorporadas al expediente y servirán para profundizar en la estructura financiera y operativa de la organización criminal, que tendría vínculos con redes de tráfico internacional.

Investigación en curso

El fiscal Adrián Arribas, a cargo de la causa, continuará tomando declaraciones y analizando los datos aportados por la detenida para determinar responsabilidades y conexiones transnacionales del grupo.

Mientras tanto, la figura de “Pequeño J” sigue siendo central en la investigación. Su extradición desde Perú podría permitir esclarecer definitivamente quién ordenó los homicidios y cómo se financió la operación criminal que terminó con la vida de tres jóvenes mujeres, en uno de los episodios más impactantes del crimen organizado en los últimos años en Argentina.

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