Uruguay mantiene diálogo país por país para evitar nuevos rechazos de su pasaporte

Ante los recientes cuestionamientos de varios gobiernos extranjeros al nuevo pasaporte uruguayo, el Ministerio de Relaciones Exteriores activó una estrategia diplomática de diálogo bilateral para contener el impacto y evitar que más países restrinjan su validez. El centro del problema radica en la omisión del “lugar de nacimiento” en el nuevo diseño del documento, que comenzó a emitirse en abril de 2025.

Alemania, Francia y Japón ya manifestaron objeciones formales. En el caso alemán, las autoridades confirmaron que los nuevos pasaportes no serán admitidos para ingresar al país, mientras que Francia suspendió la emisión de visas de larga duración, permitiendo únicamente ingresos por menos de 90 días. Japón, por su parte, advirtió que la omisión puede generar el rechazo de pasajeros a la hora de ingresar, aunque no aplica restricciones para estadías turísticas de hasta tres meses.

El nuevo pasaporte fue emitido bajo un formato estandarizado y validado por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), pero la eliminación del lugar de nacimiento —con el objetivo de unificar el código URY para todos los nacionales, sin distinción entre nacidos en el país y naturalizados— generó interpretaciones restrictivas en algunos sistemas migratorios.

Desde la Cancillería se aclaró que, hasta el momento, no se han registrado rechazos formales en fronteras ni deportaciones. Sin embargo, se confirmó que dos trámites de visa ante la Embajada de Francia fueron rechazados, entre ellos el de un estudiante aceptado en la Universidad de La Sorbona.

El gobierno optó por una respuesta diplomática prudente: abrir instancias de diálogo directo con cada país involucrado, ofrecer información complementaria y proponer el uso de la cédula de identidad como respaldo para suplir el dato omitido. Asimismo, se estudia la posibilidad de reincorporar el lugar de nacimiento en futuras emisiones, lo que implicaría una eventual reimpresión de los más de 17.000 pasaportes ya emitidos.

El asunto también generó debate político en el ámbito nacional. El senador Sebastián Da Silva afirmó recibir denuncias diarias de uruguayos que enfrentan obstáculos al intentar ingresar a ciertos países o gestionar trámites migratorios. Desde la oposición se reclama mayor transparencia y se solicita la comparecencia de autoridades del Ministerio del Interior y Cancillería ante el Parlamento.

El presidente Yamandú Orsi aseguró estar dispuesto a revisar el formato del pasaporte “si el contexto internacional lo requiere”, aunque subrayó que el nuevo diseño cumple con todos los estándares internacionales y no afecta los derechos de ciudadanía.

En paralelo, Uruguay busca evitar que otros países se sumen a la lista de objeciones. El objetivo es mantener la validez plena del documento y garantizar la libre circulación de sus ciudadanos sin que un ajuste administrativo termine por convertirse en un obstáculo diplomático.

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